Con titulos como: suplica, meditacion, vacilacion, plegaria, flagelacion, el perdon, transicion, oracion...Luis Alfonso crea, con su serie Monjes atmosferas y composiciones que nuevamente evocan tecnicas clasicas del claroscuro y el cuidadoso estudio sobre los pliegues de las telas, fenomenales caidas y detalles que estan entre lo hiperealista y lo irreal. En esta serie reina el misterio, la escena teatral pero que en su sentido mas profundo evoca igualmente una realidad.
La aquitectura juega un papel fundamental en sus obras, pues sus estudios se ven reflejados en el especial manejo de espacios, perspectivas y volumenes.
En esta obra, como en las demas Ramirez
incluye el elemento sorpresa, ese objeto inesperado lleno de una carga simbolica y onirica que lleva al espectador a preguntarse que significa y porque esta alli?. Elementos como una bola azul sobre el piso, una cuerda pendiente, o un atril en forma de piramide sirven de punto de equilbrio a la compisicion y le imprime ese toque de magia e intriga...
Estos personajes parecen innamovibles, como si hubieran puesto alli no mas. Aqui tambien aparece el martir que no es otro que alguno de los torurados de la actualidad. Pero esta vez el martir no es sacado de la escena urbana, de la masacre en una calle, este comprueba que "ese hombre puede ser cualqueira de los que ha sufrido la violencia en el pais: la mayor tortura se ha aplicado sobre su espiritu, sus sentimientos y no en sus carnes." Tomado de Revista Semana 18 diciembre de 1990.